La doble escolaridad y las actividades extra que hacen los chicos actualmente han instaurada la costumbre de la vianda en muchos hogares. Sin embargo, no es fácil que todo salga bien: los chicos deben acostumbrarse a cuidar sus recipientes, la comida no debe desparramarse apenas los abren y, además, les tiene que gustar lo que encuentran.
Las tartas y pasteles con rellenos compactos, ligados con huevo o salsa blanca espesa, permiten que los chicos acepten las verduras y la coman sin demasiado trabajo. Las tortillas cumplen el mismo objetivo. Recuerdo que el huevo ya aporta proteínas, por lo que no necesitan suplantarse con una porción de carne.
Cuando se trata de chicos pequeños, lo adecuado es que les ponga alimentos cortados en porciones chicas. Lo ideal es hacer albondiguitas, trozos de pollo rebozados y cocidos al horno o bastones de pescado rebozados. Para que acepten las frutas investigue sus gustos. Algunos las prefieren en ensalada -con poco jugo-, otros enteras y otros en almíbar. Para que tomen leche sin peligro de volcarla puede hacerles postrecitos compactos tipo de maicenas, moldeándolos directamente en el recipiente que luego se tapa y se lleva.
Si se trata de chicos mayorcitos, puede agregar en su vianda sobrecitos de mayonesa y otros condimentos para que saboricen sus comidas, y animarse a los termos para enviarles pastas y guisos calentitos. Otra alternativa son los sobres de sopa instantánea si cuenta con un lugar donde obtener agua caliente. Un punto importante es que la comida de vianda tiene a ser algo secas, lo que les da sed a los chicos. Para mejorar este problema, insístales en que tomen mucha agua o ponga en su mochila cajitas de jugo con bombilla.
A la hora de la cena, ya en casa, usted puede complementar la alimentación del mediodía con aquellos nutrientes que faltan. Asegúrese de que los chicos coman bien durante el día para que no les falte energía, porque esto deriva casi siempre en problemas de rendimiento escolar.
Las opciones del menú pueden ser por ejemplo las siguientes:
– Ensaladas de papa y huevo ya condimentada, milanesa de pollo cortada y una manzana.
– Ensalada de lechuga, zanahoria rallada, jamón en dados y un alfajor.
– Sándwiches de pasta de atún al natural con huevo y mayonesa y ensalada de fruta.
– Tarta de jamón y queso y ensalada de fruta.
– Tortilla de papas y espinacas con queso rallado y un yogur bebible.
– Tarta de calabaza y choclo, pollo en trozos y una fruta.
– Sándwiches de pollo con aliño de limón, sal y orégano o perejil y un poste tipo de maicena.
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