Si bien una de las principales preocupaciones de las jardineras es eliminar las malezas que invaden las platas, la presencia de algunas especies nos da información útil sobre el tipo de suelo con que contamos.
La ortiga y el diente del león, por ejemplo, son dos plantas silvestres y medicinales que aparecen en suelos fértiles y ricos en nitrógeno.
En cambio, en los suelos salinos y con mal drenaje se suele encontrar un gramínea conocida como pasto salado.
La cebadilla criolla es otra gramínea que se encuentra habitualmente en los campos donde hay forraje e indica la presencia de suelo fértil. Por su parte, la margarita del bañado y el gramón son dos especies que crecen en los terrenos húmedos e inundables.