El jengibre es uno de los condimentos más importantes de la gastronomía oriental. En la India y Pakistán se lo utiliza para saborizar carnes, salsas, arroz, purés de hortalizas y hasta el té. En China y Japón se emplea en sopas y sazonar pescados.
El éxito del jengibre se debe, entre otras cosas, a que es un alimento que posee una función antioxidante y protege contra el cáncer. Se trata de una planta originaria del sudeste asiático que hoy se cultiva en los países tropicales. Sus raíces (que contienen fitoquímicos que ayudan a prevenir diversas enfermedades) se emplean de formas muy variadas; frescas, secas, ralladas, acarameladas, en polvo o mezcladas con almíbar o vinagre.
Desde el siglo XVIII también se lo usa en Europa en pastelería y para combinar con bebidas, sobre todo en Inglaterra. La torta y el pan de jengibre son típicos en los países anglosajones y en los Estados Unidos.
En el Reino Unido se consume mucho la cerveza de jengibre (o ginger beer), el agua con colorante y esencia de jengibre (ginger ale) y hasta el vino de jengibre, que se elabora con agua, jengibre, levadura, azúcar, limón, pasas, pimienta y, a veces, alcohol. Y no olvide que es uno de los alimentos que ayudan a sentir menos frío.