Una serie de estudios médicos demostró que las primeras comidas que complementan la lactancia, como por ejemplo el puré, los fideos, el arroz o la harina de maíz, no cubren la cantidad de nutrientes que los chicos necesitan. Sin embargo, se pueden enriquecer con algunas modificaciones durante la preparación. Para lograr un alimento de alta densidad energética con proteínas de calidad, rico en vitaminas, calcio, hierro, magnesio, fósforo, zinc, niacina y ácido pantoténico, se deben combinar por lo menos tres ingredientes.
En un puré de papas o zapallo, la leche en polvo aporta proteínas, además de hierro y zinc y un poco de aceite brinda la cuota de energía.
En cambio, si se trata de un puré de zanahorias, conviene combinarlas con hígado procesado y manteca.
Las preparaciones con harina de maíz o arroz deben tener también una porción de carne, rica en proteínas, y de margarina para obtener un plato energético.
En el caso de los fideos, agregue un huevo y queso rallado, que además de brindar energía permite aumentar la concentración de calcio.
Tenga en cuenta que puede probar distintas combinaciones, como, por ejemplo, zapallo con hígado y queso o harina de maíz con carne y huevo. Lo importante es que los alimentos base se complementen con otros que aporten proteínas y energía.
Lo que sucede es que la presencia de nutrientes como el calcio, el hierro y el zinc resultan fundamentales para asegurar un buen desarrollo corporal y para la formación del sistema nervioso central.
Por último, recuerde que la consistencia debe ser semisólida para evitar que los chicos se sientan satisfechos rápidamente.