Es el rasgo más indicativo de los deseos y la voluntad.
– Larga: Persona terca y caprichosa.
– Corta: Lo opuesto del anterior; débil, voluble, indecisa y temerosa.
– Puntiaguda: Dinamismo, decisión y optimismo.
– Hendida: Personalidad egocéntrica, soberbia y egoísta.
– Con papada: Muy buena amiga y especialista en mimos.
– En retroceso: Persona impaciente, discutidora y superficiales.
– Saliente: Personalidad resulta, con mucha voluntad y tenacidad.