El auto masaje es una técnica muy simple, y practicarlo en nuestras manos también puede ser la clave para sentirnos mejor. El primer paso consiste en saber qué resultados puede brindarnos cada movimiento y -como en todos los casos- realizarlo de manera cuidadosa, regular y metódica.
Lo cierto es que tal es la repercusión que las manos tienen sobre nuestro cuerpo que, por ejemplo, ejerciendo leve presión para practicar un buen masaje con el dedo pulgar sobre la palma de la mano contraria será posible lograr relajación total, y con ello recuperar nuestro natural equilibrio.
Por otra parte, los masajes en las manos también permiten recuperarnos frente a situaciones puntuales. Por ejemplo, una suave presión en la segunda falange del dedo meñique permitirá combatir la fatiga.
En cambio, si esta misma presión se ejerce recorriendo el nacimiento de los huesos que se ubican en el ángulo que abarca los dedos pulgar, índice y mayor será posible aliviar un dolor de cabeza, pero también aplacar un dolor de muelas.
En cualquier caso, las presiones y movimientos deben ser lentos y firmes pero suaves, nunca deben provocar dolor. El recorrido debe ser lento y sereno, tomando en cuenta cada músculo, tendón o hueso del área que se está trabajando.