El maquillaje esplendido para toda la fiesta es todo un trabajo que por lo general requiere de la mano de un profesional que sepa un efecto resistente a los besos, los flashes y las lágrimas.
El momento para retocarse es cuando ella se siente cansada. Es preferible que para este paso no se usen los mismos productos con que se realizó el maquillaje inicial porque la idea es dar prolijidad al maquillaje sin reforzar el color.
Para que el labial no se corra hay que pintar toda la boca con un delineador del mismo color y encima aplicar el rouge con un pincel para lograr un mejor aspecto y para que dure más. No conviene poner polvo, porque los labios se secan enseguida y el color se acumula en los surcos. Los expertos recomiendan empezar con una capa de vaselina común para aflojar los labios y después retirar con un hisopo. A la fiesta aconsejan llevar esa misma vaselina -funciona como un brillo, pero menos líquido y no se corre- y el delineador.
Elegir el polvo no es una tarea sencilla Para el maquillaje inicial se recomienda usar polvo volátil y polvo compacto para los retoques. Este último puede aplicarse con cisne para un aspecto ágil, con brocha o con almohadilla. Para evitar esos efectos de caras opacas y escotes que brillan, lo ideal es elegir una buena base y usar un rubor ligero que no dé un aspecto empolvado y grueso.
Para que la sombra dure se aconseja aplicar sobre el párpado una capa pareja de sombra transparente o del mismo color de la piel que haga de base. Sobre esta superficie seca la sombra durará más tiempo. Para delinear se puede usar un delineador líquido o un lápiz que se fija y se difumina con un poco de sombra oscura.
La máscara para las pestañas debe ser a prueba de agua. Retocar las pestañas en algún momento de la fiesta es indispensable: no hay nada que levante más la expresión que una mirada fresca.
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