El secreto de un buen bronceado no termina con la aplicación de una crema o gel con factor protección. Para que la piel conserve el tono tostado es fundamental que la proteja después de cada baño de sol ¿Cómo?, quitando las impurezas y humectándola en profundidad. Para ello, después de tomar sol, aplique sobre el cutis una crema de limpieza liviana y una loción refrescante sin alcohol. La humectación necesaria se logrará colocando un aceite solar casero que podrá elaborar de la siguiente manera: a fuego lento, funda una cucharada y media de manteca de cacao; luego, agregue dos cucharada y media de manteca de cacao; luego, agregue dos cucharadas de aceite de almendras, una de aceite de oliva y una cucharadita de aceite de germen de trigo. Mezcle bien y deje enfriar 10 gotas de aceite de lavanda. Para poder conservarlo por mucho tiempo guarde la mezcla en un frasco de vidrio con tapa hermética.
Si la piel aún se muestra sensible, le recomendamos aplicar una máscara revitalizante a base de aloe vera, una descongestiva con hammamelis o directamente distribuir una manzana rallada sobre todo el rostro, que la refrescará.