Los especialistas recomiendan realizar una mamografía anual después de los 40 años. Para que el estudio sea lo más exacto posible se aconseja hacerlo durante las dos primeras semanas posteriores al ciclo menstrual. La explicación es bastante sencilla. Durante la ovulación suceden cambios hormonales que provocan la retención de agua, esto hace que los pechos se vuelvan más densos. La consecuencia es que en este estado los tumores resultan mucha más difíciles de detectar. Si el estudio se realiza durante la primera mitad del ciclo, alrededor de doce días después de la menstruación, los pechos se encuentran ligeramente menos densos.
Según comprobaron los expertos, esta diferencia es mucha más notoria, aunque sorprende, en las mujeres delgadas, puesto que son ellas las que tienen un tejido más denso en las mamas.