La limpieza en las hojas es muy importante pues es la manera de que puedan respirar, absorber la luz vital del sol y producir su propio alimento a través de la fotosíntesis. Una ves al mes, se debe limpiar la superficie superior y posterior de las hojas, utilizando un paño suave humedecido con agua tibia y retirando los excesos de agua con una toallita de papel. La limpieza debe ser suave y con la hoja de la planta sostenida en la palma de la mano para que no se rompa. Regularmente rocie con una llovizna, lo que las ayudará a mantenerse limpias y libres de pequeñas pestes.