A los hamsters y a los cobayos les encanta que los acaricien. Necesitan no sólo del cuidado, sino también del afecto de sus amos para poder vivir. Son muy sensibles al calor de la mano de su dueño y a su voz.
A los hamsters y a los cobayos les encanta que los acaricien. Necesitan no sólo del cuidado, sino también del afecto de sus amos para poder vivir. Son muy sensibles al calor de la mano de su dueño y a su voz.