Representan toda una oportunidad de ahorrar dinero y cuidar el medio ambiente. Sin embargo, las lámparas de bajo consumo no son convenientes para todos los casos. Consumen de 4 a 5 veces menos electricidad para emitir la misma luz que una lámpara incandescente y duran entre 7 y 8 veces más.
También son bastante más costosas, por lo que su uso se justifica en ambientes que requieran de luz constantes, como comedores, oficinas o recepciones. Vienen de una amplia variedad de formas y medidas, pero suelen ser un poco más grandes y pesadas que las incandescentes. Tenga cuidado con las que pesen más de 400 gramos, ya que podrían desestabilizar los pequeños pies de las lámparas y desprender los portalámparas o plafones del techo o la pared.
De todas formas, es conveniente elegir una que brinde más luz que la lámpara incandescente que será reemplazada, ya que tienden a disminuir la potencia con el tiempo.
Pida verla encendida antes de comprar, ya que la luz que genera tiene un tono más frío, azulado.
La reducción del consumo no se reflejará inmediatamente en las facturas, pero, como tienen una vida larga, lo notará a medida que las use. Asimismo, ahorrará el tiempo y esfuerzo que antes ocupaba en comprar y cambiar lámparas comunes.
Me parece muy interesante el tema de las bombillas de bajo consumo, aunque pronto sólo encontraremos ésas en el mercado no está mal ir adaptándose y conociéndo las posibilidades de las mismas. En este sentido, una dirección más que os puede ser útil es http://www.lamparasoliva.com, que ha abierto una tienda online centrada en productos de ahorro energético. Un saludo.