El colágeno constituye el 70 por ciento de la composición de la piel y el 30 por ciento de la de los huesos. En la menopausia, la renovación de los tejidos cutáneos se vuelve más lenta.
De esta forma, la piel se arruga y se afloja, pierde espesor y se hace opaca y áspera.
Esto hace que a las mujeres les cueste reconocerse frente al espejo y busquen la ayuda de dermatólogos y cosmetólogos.
Aunque se trata de un proceso natural, existen algunos productos que pueden postergar el efecto y hasta revestirlo en parte.
Asimismo, al estar cuidado de sí mismas, las mujeres encuentran un buen estímulo en la utilización de cremas protectoras, así como en la práctica correcta de actividad físicas y dietas.
La atención del propio cuerpo mejora la autoestima, contribuye a mantenerse activas y provee un estado general más saludable que mejora su calidad de vida.