La falta de memoria puede deberse a problemas de estrés o directamente disturbios orgánicos y también a que el azúcar nos juegue una mala pasada.
Esto se debe a que nuestro cerebro consume energía en forma de glucosa o, simplemente, azúcar.
Los científicos tienen teorías opuestas sobre los beneficios que el azúcar pueden brindar a nuestra memoria. Por un lado, están los que dicen que pequeñas ingestiones de azúcar puede potenciar, temporalmente, la capacidad de aprendizaje. Esto vale especialmente para adultos ya mayores, que pueden experimentar alteraciones de pequeña monta en la regulación de la glucosa. Sin embargo, otros investigadores han comprobado que una dieta rica en azúcar interfiere, en el largo plazo, con el buen funcionamiento de la memoria.
¿Cuál es, entonces, la estrategia más recomendada?
Si quiere experimentar con el impacto del azúcar sobre su memoria, pruebe con caramelos frutados o una gaseosa azucarada, y observe el efecto que tiene la misma sobre su actitud mental.
Si luego de la ingestión se siente nervioso o distraído, o tiene a desmoronarse, descarte su consumo, especialmente antes de una reunión importante.