Levantarnos periódicamente con sueño después de no haber podido pegar un ojo en toda la noche es una clara muestra de que algo no anda bien en nuestro mecanismo del sueño. Cuando esta situación se prolonga se hace necesaria la consulta al médico, especialmente si despertamos con dolores musculares o de cabeza, sensación de embotamiento o se padecen cambios de carácter y problemas de rendimiento producto de no haber dormido bien.
La cantidad de horas de sueño que necesita cada persona es muy variable. Un adulto puede dormir seis horas por día o nueve, lo importante es que sea suficiente para que tenga un buen rendimiento durante el día.
La presencia de ronquidos, apneas, insomnio o narcolepsia muestran que el descanso no es el debido. Estas molestias son la causa de que se pierda la vitalidad física y el rendimiento en el trabajo o en los estudios e, inclusive, de que disminuya el deseo sexual.
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