En la tradición japonesa, la belleza es consecuencia de la buena salud física, espiritual y mental. Por eso, aconseja que, antes de dedicarse al cuidado externo, conviene buscar en el espejo señales de malestar y emociones negativas como los celos, la ira o la envidia, que alteran los rasgos y el brillo del rostro. Sus tratamientos de belleza se basan en alimentos de su dieta cotidiana, como el arroz, la miel, el tofu, las algas y diversas verduras. Aquí van algunas recetas:
-Algas desintoxicantes y revitalizadoras: puede ser kombu o wakame. Si son compradas, enjuagar las algas para que se desprendan los aditivos. Hidratarlas en agua tibia y pasarlas por la cara haciendo una leve fricción.
– Tónico de té verde: Preparar la infusión, entibiar y aplicar con una gasa, sin enjuagar. Sirve para estimular, calmar irritaciones y es astringente.
– Máscara de tofu: puede conseguirlo en dietéticas o algunos supermercados. Hacer un puré con el tofu crudo, eliminar el exceso de líquido y colocar sobre la piel durante 20 minutos. Enjuagar. Nutre, suaviza y calma la irritación.