Si tiene que pasar varios días encerrados, en cama; debemos adoptar una actitud porsitiva y ocupar su tiempo con actividades adecuadas a su edad. Si tiene de uno a tres añitos, es necesario ayudarlos a desarrollar su sistema motriz, sensorial e intelectual. Por lo tanto, los juegos más adecuados son los de encastre, las piezas de construcción y los rompecabezas muy simples. De cuatro a siete años ya comienzan a buscar su independecia y su desarrollo intelectual y artístico. Entonces, opte por jugar con ellos a las adivinanzas, ayúdelos a leer un cuento sencillo o a armar un rompecabezas de pocas piezas. De ocho a doce años, les encanta tener secretos y compartir sus juegos con los amigos. Al estar enfermito esto se complica, pero esta carencia casi pasará inadvertida si los incentivamos a hacer algunas manualidades, a realizar experimentos sencillos o a jugar con sus hermanos a los diferentes juegos de mesa tradicionales.