Cada vez que nos bañamos, indifectiblemente, los espejos del ambiente terminan empañándose por completo y, cuando queremos vernos, debemos esperar varios minutos con la puerta abierta hasta que el vapor se disipe. Para que esto no vuelva a suceder, tome la espuma de afeitar de su marido, esparza una mínima cantidad sobre el espejo y quite el excedente con un paño limpio.