Las plantas vivas mantienen el cien por ciento de su valor en vitaminas, minerales y clorofila y, en especial, los brotes poseen una gran cantidad de propiedades y valores nutritivos que se potencian por la juventud de la planta.
Por ejemplo, los brotes de alfalfa vivos poseen vitaminas B1, B2, B3, B6, A, D, E K, U, C, niacina, ácido pantotémico, insoito, biotina y ácido fólico, además de fósforo, calcio, potasio, sodio, cloro, azufre, magnesio, boro, hierro, cobalto, cobre y molibdeno. Por sus propiedades es antiinflamatorio, fortalece los músculos, huesos y dientes y aumenta la cantidad y calidad de leche materna.
Asimismo, los de lenteja tienen vitaminas B1, B2, B3, B6, B12 y C y fósforo, hierro, zinc, manganeso, calcio, sodio y cobre. Revigorizan y energizan todo el organismo y fortifican la sangre y el sistema nervioso.
Como la mayoría de las cocineras no cuenta con las condiciones necesarias para criar estos brotes, se producen a nivel comercial brotes vivos de alfalfa, trébol, repollo, lino, soja mung, mostaza, rabanitos, radicheta, brócoli, rúcula, berro y lenteja de calidad diversa. La última novedad son los brotes natruales vivos Biogreen, que, luego de germinar sesenta horas en agua de manantial esterilizada y enriquecida con nitrógeno, son envasados con cajas rígidas de plástico transparente donde siguen creciendo como un invernadero hasta su consumo y puede conservarse hasta 4 semanas a unos 5 grados.