El estrés no es siempre patrimonio de los ejecutivos, financistas: las amas de casas, con su trabajo interminable y de 24 horas, lo padecen a menudo. Más aún si deben desdoblarse entre su casa y un trabajo fuera de ella.
No es posible eliminar por completo el estrés, pero sí se puede manejarlo con sensatez y ejercer una acción específica para disminuirlo.
Para ello es importante que aprenda a relajarse, todos los días una vez a la hora de la siesta y otra al final del día, si es posible. Comience eligiendo una palabra de una solo sílaba que le gusta. Por ejemplo: flor, sol, mar.
Siéntese en una posición cómoda en un lugar tranquilo. Puede apoyar la cabeza si lo desea. Cierre los ojos y comience a repetir mentalmente y en forma pausada esta palabra, que lo aparta del pensamiento lógico y las distracciones. Si le surge algún pensamiento, déjelo pasar y vuelva a concentrarse en la palabra.
Relaje los músculos, comenzando por los pies, luego las pantorrillas, los músculos, la panza, la zona de las caderas, sin olvidar la cintura, el tórax, hombros, brazos cuello y cabeza. La mejor manera de relajarse es ordenar mentalmente a esa parte del cuero que se afloje.
Comience a prestar atención a su respiración. Inhale y exhale por la nariz, profundamente, sin forzarse. Trate de mantener un ritmo. Recuerde que cada vez que un pensamiento la distraiga debe repetir la palabra elegida.
Permanezca por lo menos veinte minutos concentrada en su respiración, limpiando su mente, respirando tranquila. No use despertadores ni alarmas. Vaya mirando la hora cada tanto. Con la práctica sabrá cuándo ha pasado el tiempo necesario.