Fumar es un hábito que adoptamos por placer y termina afectando nuestra salud y la de todo nuestro grupo familiar. Felizmente, podemos curarlo si tenemos un mínimo de voluntad en ello. Lo importante es soportar el primer período de abstinencia, ya que, después de alejarse del cigarrillo se siente una sensación saludable que ayuda a no recaer.
Los primeros días sin fumar debemos poner en juego (cuando aparecen esos fuertes deseos de saborear un cigarrillo) algunos de estos recursos para sortear esa situación.
- Elimine todo vestigio de cigarrillos, ceniceros, encendedores, en su casa y en su trabajo.
- No haga sobremesa, salga a caminar después del almuerzoy la cena.
- Coma mucha fruta, en especial, manzana y las que contengan mucha agua (ananá, melón, cítricos).
- Si está desesperado por fumar, dúchese.
- Llame o visite un amigo que lleve más tiempo que usted sin fumar.
- Comente con sus amistades que ha puesto todos sus esfuerzos para dejar de fumar.
- Tenga sus manos ocupadas, no se avergüence si se pone algún objeto en la boca como un caramelo o un chicle (menos, por supuesto, un cigarrillo).
- Y por último, cada mañana aparte el dinero que utilizaba para comprar cigarrillos y descubrirá cuanta plata ahorra.