El corte y la erupción en las encías que producen suele irritar y sensibilizar a los bebés; incluso, es común que, durante este proceso, los chicos lloren con mayor frecuencia y hasta presenten cuadros de resfrío, temperatura y diarrea.
Alrededor de los cuatro y los siete meses de edad comienzan a salir los primeros dientitos de leche. Aliviar las encías del bebé no es tarea sencilla; quizás los mimos sean el único resultado efectivo. Sin embargo, en el mercado existen algunos calmantes que pueden aplacar los síntomas. Entre ellos, se encuentran los geles anestésicos y antisépticos y los geles elaborados a base de hierbas calmantes como la caléndula, que se pasan con la yema de los dedo sobre las encías del bebé.
También suelen ser muy efectivos los aceites esenciales y homeopáticos, como el resultante de la mezcla de aceite de tomillo de orégano y de almendras dulces. Por supuesto, no quedan descartados otros métodos más clásicos como frotar cuidadosamente una gasita embebida en agua fresca sobre las encías o darle un mordillo relleno con agua bien fría.
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