Al cocinar los alimentos, se pierden parte de sus nutrientes y minerales. Pero, algunos métodos de cocción alteran menos que otros estos valores necesarios para llevar una vida sana.
En la cocción al vapor los nutrientes, la vitaminas y los minerales se mantienen más y el producto final conserva el sabor. Es la técnica adecuada para hacer una dieta sana y a la vez sabrosa.
En la cocción en agua hay un intercambio recíproco entre el alimento y el agua y los elemento disueltos en ella. Los alimentos pobres en agua absorben el líquido de la cocción con la sal y el calcio presentes. Los alimentos ricos en agua, en tanto, la pierden con la consiguiente disminución de ciertos elementos nutritivos, como las sales y las vitaminas.
Para sacar el mejor partido de esta técnica de cocción utilice una minina cantidad de liquido, sólo el necesario para cubrir los alimentos. En caso de las verduras de hoja, como la acelga o la espinaca, cocínelas con el agua del lavado. Los alimentos fritos pierden pocos elemento nutritivos importante, pero absorbe una gran cantidad de grasas que resultan indigestas y muy calóricas. Para evitar que esto suceda, deben freírse con el aceite bien caliente y luego escurrirse en papel absorbente.
Al cocinar al horno o a la parrilla se afecta poco la calidad nutritiva de los alimentos. De todas maneras y para evitar que las carnes, por ejemplo, se reconocen en su propia grasa o aceite, conviene asarlas en una parrilla (que se colocará sobre una asadera para recoger allí la grasa excedente). El sabor no se alterará y si desea que la carne quede jugosa, rocíela con caldo durante la cocción.