La hora de dormir es un momento muy esperado por los padres. Tras una larga jornada, llega el momento de descansar, pero no podrán ir a dormir sin antes lograr que se duerman los niños de la casa.
Existen muchos métodos para facilitar este proceso y que sea un momento agradable y no un sufrimiento constante.
Establece rutinas de sueño
Las rutinas y los horarios son muy importantes para que tus hijos duerman a la misma hora todos los días y sin demasiadas dificultades.
Si cenan a la misma hora, son bañados a la misma hora y tienen hábitos predecible, sus mentes y cuerpos se irán preparando a dormir con cierta anticipación.
Lee a los niños
La lectura es un método excelente para inducir la relajación en los niños. Además, puedes aprovechar la situación para inculcar valores a tus hijos, por ejemplo leyéndoles fábulas con moralejas.
Deberías leerles por lo menos unos 10 minutos, comenzando con un tono normal y haciéndolo de a poco más suave y pausado, así provocará al sueño.
El único desafío es no dormirte tú antes que los niños.
Si estás demasiado cansado para leerles, siempre es una opción poner videos (pero solo para escuchar el audio, el video los distraerá), o directamente audiolibros o cuentos narrados.
Cuidado con la tecnología
Si los niños utilizan tecnología (televisión, celular, tablet) cerca de la hora de dormir, es posible que resulten muy estimulados y eso complique su sueño.
Un método es cortar con la tecnología unas dos horas antes del momento que deberían dormirse.
La televisión, al no ser interactiva como un smartphone, puede ser más apropiada para la noche. Pero es importante que el contenido sea tranquilo y no demasiado estimulante; puedes poner documentales de animales o de historia.
Presta atención a la alimentación
Lo que tu hijo haya cenado puede tener relación directa con qué tan fácil le resulte conciliar el sueño.
Una comida demasiado pesada puede provocar malestar estomacal y que no puedan dormirse.
En cambio, si la comida es demasiado liviana tal vez el hambre no los deje dormir.
Encontrar el equilibrio es importante, por eso hay que experimentar, y evitar los alimentos que descubramos le dificulten el sueño.
Es importante evitar bebidas estimulantes luego de la merienda.
Ver: Alimentos que favorecen el sueño y alimentos que dificultan el sueño en los niños.
No pierdas la paciencia
Si no logras que tu hijo duerma, intenta no perder la paciencia. Si le hablas mal o muestras tu frustración, lo único que lograrás es el efecto contrario: probablemente comenzará a llorar o gritar.
Lo mejor es controlar los nervios y pensar en que cada vez que se sigan los procesos adecuados, es como una inversión y la próxima vez será más fácil.
En cambio, si la impaciencia te supera, esa noche será otra experiencia negativa que solo hará que las próximas también lo sean.
Consejos finales
Una sana rutina de sueño es difícil de lograr si no se hizo bien desde el nacimiento del niño. Corregir malos hábitos puede ser difícil, pues dormir no es algo que los niños puedan controlar totalmente. Incluso a los adultos se les dificulta dormir bien.
Es importante que, desde el amor, intentes diferentes estrategias para que duerma mejor. Una vez que una rutina funciona, evita cambiarla hasta que esté muy asentada.
Un truco final si tu hijo nunca está cansado es que lo incentives a hacer más actividades físicas agotadoras durante el día.