Se trata de técnicas muy sencillas y economicas. Bañar la pieza con vinagre de vino o con aceite usado de automóvil, o bien, introducirla en el agua resultante de la cocción de champiñones. Secar la pieza frótarla con un paño suave y seco. La pieza tomará un acabado antiguo, muy atrativo para los espacios de estilo netamente rústico.