Los tatuajes se originaron como una costumbre propia de los pueblos antiguos, así como algo intrínseco en las comunidades y tribus alejadas de la civilización, han trascendido los brazos de los marinos, han dejado atrás la característica rebelde, y se han convertido en parte de la moda que hoy en día caracteriza a la sociedad.
Es por ello que uno debe tener en claro las formas y métodos más adecuados para proteger sus tatuajes. Pues no importa qué extensión tengan, si son de diseños tribales o modernos, si tienen una gran cantidad de colores o son monocromáticos; cada uno requiere un cuidado especial, más aún cuando son recientes.
Actualmente, es muy común que los tatuajes se muestren como un accesorio artístico en nuestra piel, es por ello que si ha pasado poco tiempo desde que fueron hechos, dígase un par de días, es imprescindible tomar en cuenta varias recomendaciones.
En el transcurso de la primera semana, es sumamente importante evitar las playas y el mar, así como bañarse en piscinas o acudir a saunas. Esto se debe a que tanto el cloro de las piscinas como la sal presente en el agua de mar pueden llegar a dañar la tinta del tatuaje. Por esas mismas razones es recomendable proteger el área tatuada del sol y los rayos ultravioleta. El uso de protectores solares, una vez el tatuaje esté curado, es muy importante para que conserve una buena apariencia.
Sin embargo, hay algunos pasos que puede seguir para lucir su tatuaje y no perderse de la diversión. A partir del sexto día, siempre que los baños no se extiendan demasiado, podrá disfrutar del agua de mar y la piscina, pero inmediatamente luego tendrá que lavar la zona del tatuaje con agua mineral, secarla con papel toalla absorbente, y echarse una capa de crema cicatrizante.