Según lo confirman estudios científicos, la manzana ayuda a prevenir el cáncer, reduce los niveles de colesterol y mejora notablemente el cuadro de algunos diabéticos. No es cuestión de comer grandes cantidades para notar los resultados, simplemente, con una manzana al día la dosis será perfecta.
Todos estos beneficios a favor de la salud se deben a las diversas sustancias que contienen. Una de ellas es la pectina que, combinada con las fibras y elementos que también la manzana posee, produce variaciones en el metabolismo hepático y biliar que logran descender notablemente los niveles de colesterol.
Los flavonoides, por otra parte, impiden la acción de los radicales libres y, de esta manera, previenen la formación de tumores (sobre todo en los pulmones, en el colon y en la piel). Como si esto fuera poco, los antioxidantes resultan excelentes para prevenir los infartos y las trombosis cerebrales.
Por último, las grandes cantidades de fibra que contiene cada manzana contribuyen a mejorar la tasa de glucosa en sangre de los diabéticos tipo 2, es decir, del tipo de diabetes provocado por la obesidad y por los hábitos de la vida.
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