Cuando nos ataca la fiebre de ir al gimnasio no solemos pensar en los riesgos que implica afrontar el esfuerzo físico sin la alimentación y la prudencia adecuadas. Por eso, estos consejitos le resultarán de utilidad.
– Practicar un deporte o gimnasia una sola vez a la semana no hace adelgazar. Es necesario seguir una alimentación equilibrada y repetir la sesión de ejercicio tres veces por semana.
– No olvidar beber agua durante la práctica deportiva. No hacerlo puede causar dolores musculares, calambres y mareos.
– No comer cerca del horario de practicar gimnasia porque el organismo está concentrado en la digestión. Si se hace ejercicio al mediodía conviene comer un sándwich de jamón, lo menos graso posible, para evitar hipoglucemia.
– El desayuno debe ser completo: 50 g de pan (para los azúcares lentos) y miel o mermelada (para los azúcares rápidos), alrededor de 15 g de manteca (para los lípidos) leche yogur o manteca (para las proteínas) y una fruta (para las proteínas).
– La carne es un alimento importante cuando se práctica ejercicio. Deberá corresponder al 15 por ciento del aporte total de energía. Más de ese número es destruido por el organismo.
– Hay que evitar las dietas enteramente vegetarianas y también privilegiar los azúcares lentos como los de las papas o el arroz.