Muchas mujeres -y sobre todo muchos maridos- se sobresaltan con cualquier síntoma ante la inminencia del parto. Hay una serie de signos infalibles.
Los médicos recomiendan que la paciente deben concurrir al hospital cuando las contracciones se presentan en forma regular cada cinco minutos durante una hora seguida.
Esto puede ocurrir con normalidad a partir de la semana 37ª, que es cuando se considera que la gestación llegó a su término.
La mayoría de los embarazos progresa sin ningún problema hasta la semana 40ª. Sin embargo, en los últimos días hay una serie de síntomas que puede llevar al equívoco. Desde la semana 34ª hasta 35ª es normal notar contracciones periódicas, pero lo que las diferencia de las del parto es la irregularidad.
También hay que acudir al hospital si se inicia una hemorragia o si se sospecha que se rompió bolsa, lo que no siempre se produce de forma brusca. Confirmada la ruptura, la mujer puede comenzar a sentir contracciones irregulares que quizás haya conocido ya durante el embarazo. Ahora tiene la garantía que el parto ya está en marcha. Quizás todavía falten varias horas para dar a luz, por eso es importante armarse de paciencia.
Ante cualquier duda siempre es mejor dirigirse al hospital y volver a casa si se trata de una falsa alarma.