Muchas veces no se le da importancia a esta habitación porque se considera que solo es una zona de paso. Sin embargo, es la carta de presentación ante quienes nos visitan en nuestro hogar.
A la hora de pintar las paredes, resulta muy impactante pintar la entrada del hogar de un tono llamativo como el amarillo o el lacre; sin embargo, si la entrada es más bien reducida, conviene elegir un tono que amplíe ópticamente el espacio, como el blanco, el beige o a lo sumo, algún tono pastel.