Podríamos definirlos como los aliados de la «cocina rápida». Hoy ya no se circunscriben a tradicionales sopas y purés: ahora es posible preparar también platos completos, tan exóticos como exquisitos.
Para lograr mayor concentración y durabilidad, los alimentos deshidratados tienen, en su origen, apenas un 7% de humedad. Una vez que llegan al hogar, para conservarlos en óptimas condiciones es precioso mantener el envase cerrado, no exponerlos a la luz, para evitar que se pongan ácidos (por ejemplo, la leche) y resguardarlos de la humedad.
Con respecto a su preparación, es preciso seguir las indicaciones de cada sobre o paquete, pero chequeando previamente la fecha de vencimiento. Conviene evitar los deshidratados que contienen glutamato sódico (un agregado que acentúa la percepción del sabor), debido a que se sospecha que puede ser cancerígeno.
Algunas empresas reemplazan esa sustancia por un hidrolizado proteico, a fin de lograr el mismo resultado respecto del sabor.