Es un árbol milenario proveniente de Asia Menor. Más allá de sus ricas aceitunas y su madera utilizada para hacer muebles, quizás lo más interesante sea conocer las diversas propiedades terapéuticas de las partes que lo componen.
Gracias a sus propiedades como colagogo y lubricante intestinal, el aceite de oliva tiene una ligera actividad como laxante al tomar una cucharada diaria; es un buen emoliente y suavizante de uso externo y se utiliza para fabricar óleo-calcáreo y otros tópicos cicatrizantes, como disolvente de medicamentos y vehículos de inyectables.
El ácido oléico (importante componente del aceite) se emplea para hacer cremas emolientes y protectoras dérmicas para manos, y se incorpora a determinadas soluciones intravenosas.
Además, a diferencia de las dietas ricas en ácido saturados, un aporte equilibrado de los que son grasos monoinsaturados (principalmente de oleico) reduce la incidencia de infarto de miocardio.
Las hojas, recolectadas en cualquier época del año y desecadas, se usan como antibiótico, mientras se sigue investigando su acción de disminuir el nivel en la sangre.