Para darle un toque original al clásico cafecito puede probar distintas variantes hasta que encuentre la que más le guste. Una muy sencilla es el denominado “ristretto”, que consiste en un café muy cargado y cortito. Si desea prepare algo más sofisticado y más goloso puede comenzar con el afamado “capuchino a la italiana”. Bastará con agregarle un chorrito de leche con espuma y espolvorearlo con cacao y canela.
Los que tienen nacionalidades son tres. Al café irlandés se le agrega un poco de whisky, azúcar negra y crema de leche batida. El café vienés tiene que tomarse amargo y con un chorro de crema batida. Por último, el café escocés se le agrega azúcar negra, helado de crema de maní y el whisky que le da el nombre.