Realmente no es mucho lo que se conoce acerca de este árbol enano más allá de que proviene de Japón y que los chinos fueron los primeros en adoptarlo entre sus plantas favoritas.
Pero si usted se siente atraído por su belleza, aquí le enseñaremos tres formas para que se saque el gusto de tener uno en su jardín.
La primera surge a partir del uso de semillas, si bien deberá tener mucho paciencia, porque tardan cerca de 15 años en desarrollarse.
Para preparar las semillas, póngalas en un fuentón lleno de agua y déjelas 24 horas en reposo. Deseche las que flotan porque no sirven, ya que están vacías y siembre el resto utilizando mitad de arena de río y mitad de turba. La segunda es plantando un par de trozos de ramas de la poda, que deben tener una longitud de entre 15 y 40 cm., utilizando la misma tierra que en el caso de las semillas.
Por último, la tercera variante es recurrir a un vivero, en donde tendrá dos opciones: o bien comprar una planta que tenga posibilidades de poder ser transformada en un futuro bonsai o bien gastarse una verdadera fortuna adquiriendo un ejemplar que puede llegar a ser único en su especie.