Para conservar la piel sana, además de los productos con los que la hidrata y se la nutre, resulta de gran ayuda realizar un buen masaje facial.
Todos los movimientos que se realizan tienen que ser sumamente suaves, ya que el estiramiento brusco de los tejidos resultaría perjudicial. En lo posible, utilice los dedos anulares, que no presionan con tanta fuerza. Use la crema de hidratación como emoliente.
Puede comenzar desde el cuello, extendiendo la crema hasta la mandíbula. Luego, repita el proceso desde el mentón hasta la mandíbula, hacia las mejillas. En cuanto a la frente, el camino es empezar por el puente de la nariz, entre las cejas, y desparramar la crema hacía los laterales. El masaje en círculos hacia las sienes tiene, además, un efecto relajante.
Ocúpese nuevamente de los ojos, con un movimiento circular, sin tocar la zona de los párpados. Para esta zona elija una crema especial. Sobre el párpado superior, el movimiento tiene que ser hacia fuera, mientras que en el inferior la crema se distribuye en dirección al lagrimal.
Aplique el hidratante sobre la nariz, con movimientos también hacia arriba, y con atención especial en las hendiduras alrededor de las fosas nasales. Si establece esto como rutina, también logrará un mejor aprovechamiento de las cremas.