El gran secreto del éxito reside en agregar al huevo batido un poco de fécula de maíz; de esta manera las tortillas quedarán mucho más esponjosas. Si, en cambio, lo que quiere es que no se resequen durante la cocción y que queden bien jugosas le convendrá agregar al huevo un chorrito de leche. Los resultados son sorprendentes; compruébelo usted misma.