Son las más utilizadas para cubrir y así disimular las manchas de humedad y demás imperfecciones de las paredes de los patios y jardines. Claro que para eso es imprescindible contar con un manto verde bien parejo, que sólo puede lograrse poniendo en práctica estas instrucciones de mantenimiento.
- Las enredaderas jóvenes deben abonarse en primavera con unos cincuentas u ochenta gramos de fertilizantes equilibrado. Aplíquelo en la base de cada planta y cada primavera también deberá abonarlas, pero con un fertilizante de liberación lenta; de esta manera, las plantas contarán con un aporte continuo y equilibrado de nutrientes.
- En un comienzo conviene regarlas abundantemente. Más adelante bastará con mantener el suelo húmedo.
- Periódicamente, ajuste las fijaciones y los soportes de las plantas. De ser necesario, cámbielos por otros en mejor estado.
- Pasado el invierno, quite los tallos demasiados grandes para que los nuevos brotes puedan desarrollarse sin inconvenientes.