La próxima vez que le regalen rosas pruebe esta técnica para que le duren más tiempo frescas. Antes de ubicarlas en el florero, córteles el tallo al sesgo y quémelo un poquito con la llama de un fósforo o de una vela. A continuación, sumérjalas rápido en agua bien fría y acomódelas en el florero de acuerdo con su gusto.