El agua en que hirvió huevos o legumbres, la cáscara de huevo pulverizada, el líquido que suelta el pescado al descongelarse o el agua de una pecera son excelentes fertilizantes caseros para sus plantes de interior o exterior.
El agua en que hirvió huevos o legumbres, la cáscara de huevo pulverizada, el líquido que suelta el pescado al descongelarse o el agua de una pecera son excelentes fertilizantes caseros para sus plantes de interior o exterior.