Analgésica: los principios activos del gel atraviesan las capas de la piel y llegan hasta el núcleo del dolor. Por eso, se recomiendan las cremas para aliviar los dolores musculares y reumáticos.
Antiinflamatoria: Se puede aplicar gel sobre picaduras de insectos y arañas, eczemas, dermatitis, enfermedades eruptivas, sarpullidos, golpes, tendinitis, o luxaciones.
Antitóxica:en algunos casos se utiliza para contrarrestar el efecto de venenos naturales.
Bactericida: elimina e impide la reproducción de bacterias.
Asimilación de nutrientes: el gel contiene 23 aminoácidos necesarios para la regeneración de cédulas y tejidos; aporta las enzimas necesarias para el procesamiento de proteínas durante la digestión y facilita la absorción de vitaminas y minerales.
Coagulante: el calcio y el potasio presentes en la planta formas una trama fibrosa que detienen el flujo sanguíneo en las zonas afectadas.
Hidratante: arrastra células muertas y favorece la regeneración de los tejidos, sobre todo en el caso de quemaduras solareso por fuego.
Limpiadora: remueve a fondo las impurezas de los poros de la piel del rostro y las manos y ayuda a la formación de nuevas células.
Tonificante: por su alto contenido de saponinas es un eficaz detergente, que está presente en casi todos los productos de belleza combinado con agentes humectantes, limpiadores y elástizantes.