La heladera ya no tiene por qué ser una mole aburrida en la cocina. Los modelos no sólo varían en capacidad y colores, sino que pueden adaptarse al estilo de cada lugar. Hay con una, dos o tres puertas de bisagras o corredizas, con o sin freezer, en tamaños ideales para bajomesadas o con colores que engaman en el entrono.
Además, muchas ofrecen prestaciones extra, como descongelamiento automático, sistemas que evitan la acumulación de hielo, fábricas de vubitos, agua u otras bebidas heladas y hielo granizado. Las más sofisticadas tienen paneles digitales en las puertas con los que se puede controlar la temperatura, activar una alarma para cuando la puerta queda abierta durante más tiempo del deseado y programar las distintas funciones.
Hasta puede encontrar algunos modelos en los que parte del puerta se rebate para convertirse en bandeja de bebidas.
Pero si bien todas estas utilidades pueden resultar muy cómodas y originales, no olvide chequear la fuerza del motor y el tiempo de garantía que ofrece la empresa