Una fantasía habitual, pero irrealizable para los padres, es adivinar el motivo del llanto de los bebés. Muchas veces, es una forma de comunicarse del pequeño, la necesidad de liberar tensiones o de tener contacto con la madre.
De acuerdo con la edad del bebé, hay distintas etapas catalogadas. Una de las más llamativas responde a los cólicos de los tres meses. Habitualmente, se trata de episodio de llanto acompañados de lo que parece ser dolor abdominal, ya que el chiquito suele encoger las piernitas; algunas mamá aseguran que se producen todos los días a la misma hora, o casi, con preferencia al atardecer. Darle de comer extra en esas circunstancias es perjudicial.
Ante el llanto, los padres comienzan a probar con todo tipo de alternativas, y comúmente caen en la tentación de alimentar al bebé. Cuando él deja de llorar, se supone que eso era lo que necesitaba. En lugar de contribuir, si la mamá le ofrece el pecho en cuanto el niño llora fuera del horario de las comidas, además de tapar la causa real del llanto le puede provocar más cólicos. Esto se debe a que su sistema digestivo recibió un alimento que él no necesitaba. Lo apropiado es tranquilizar al bebé después con masajes suaves o balanceos.