Uno de los principales riesgos que corren las plantas es una mala ubicación. Por eso, protéjalas de las corrientes de aire y no las coloque cerca de fuentes de calor, como, por ejemplo, estufas. La mayoría de las plantas de interior crecen sin problemas con temperaturas de 21 grados durante el día y de 18 grado en la noche. Las nuevas plantas requieren un poco más de calor, entre 24 y 27 grados y, cuando son un poco más grandes, la temperatura varía entre los 18 y 21 grados.
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