A menudo se cree que el llamado «mal comportamiento» de los chicos tiene su origen en problemas psicológicos. Aunque esto es posible, no siempre sucede de este modo.
En la mayoría de los casos, los chicos aprenden la forma la forma de comportarse de su entorno y no se trata de un problema genético ni espiritual.
Usted puede ayudar a su hijo en el aprendizaje de conductas positivas.
Los chicos se comportan de una determinada manera de acuerdo con la reacción que esperan recibir a cambio. Por ejemplo, si descubren que cuando lloran los calman y abrazan, llorarán cada vez que deseen un abrazo; si reciben un elogio cuando se portan bien, seguirán haciéndolo.
Si usted da una respuesta positiva de afecto, compresión y atención a una actitud buena de su hijo la tendencia será repetirla. Esto vale tanto para la atención en clase, el desarrollo de un arte, la relación con los hermanos o lo que sea. Por eso, cuándo más respuestas positivas reciba, mayores serán las posibilidades de que actúe correctamente.