Comenzaron rascándose graciosamente la orejita derecha y ahora no hacen más que morderse y refregarse todo el cuerpo. Probablemente, sus mascotas se hayan contagiado las pulguitas de los perros y gatos vecinos. Es hora de actuar.
Antes que nada, visite a su veterinario de confianza para que le recomiende el tratamiento adecuado. Tenga presente que algunos perros y gatos son alérgicos a determinados productos (incluso a la saliva de las pulgas) y, por lo tanto, no pueden recibir cualquier tipo de tratamiento.
Cuidado, porque para desterrar definitivamente a todas y cada uno de las pulguitas invasoras no es suficiente contratar el animalito, sino también todo el ambiente. Entonces pase la aspiradora en las habitaciones de su casa y en los muebles; lave bien la cama y la cucha del perro y coloque polvo antipulgas.
De aquí en más, prevenga el contagio colocando a cada mascota un collar antipulgas o aplicando sobre el cuerpito una solución cítrica. Para elaborar este último, tritura cáscara de naranja, de limón o de pomelo, colóquelas en un recipiente con agua y hierva a fuego lento durante unos minutos. Luego, cuele la preparación, embeba un algodoncito en el líquido y distribúyalo sobre todo el cuerpo del animal.