Periódicamente, conviene trasplantar las especies vegetales de una maceta a otra para que las raíces quepan cómodamente y la planta no termine asfixiándose. Existe una manera de hacerlo que garantizará que la planta se desarrolle mucho tiempo a partir del trasplante.
Para conocerla, lea las líneas que siguen. Resulta obvio que el primer paso es quitar la planta de una maceta original cuidando no lastimarla, pero es el segundo es el más importante: dejar durante unas doce horas las raíces sumergidas en un balde de agua. De esta manera, las raíces se hidratarán por completo y le dará más fuerza a las que estaban un poquito mustias.
Luego consiga una maceta lo suficientemente grande como para que las raíces quepan cómodamente.
No escatime en esto.
Coloque la planta y llene con tierra la mitad de la maceta, riegue y deje que el agua drene. Entonces sí, termine de rellenar la maceta con tierra, pero sin apisonarla demasiado.
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